miércoles, 5 de febrero de 2014

Prolegómenos a una teoría de la gestión de una cibereducación #EscenariosTec #UVM #UVMReynosa

Dentro de las primeras nociones del acto educativo, nos enfrentamos a cuestionamientos que podrían rayar en la frontera de lo ontológico: ¿qué somos (educativamente hablando)?, ¿cuál es nuestro lugar en el cosmos? o ¿cuál es nuestro lugar en el aula?

No pocos esperan ya la migración del aula tradicional de pupitres, pizarrón, estudiantes y docentes, por un aula sacada de las películas de ciencia ficción, con pantallas y dispositivos electrónicos por doquier, con un acceso inmediato y veloz a contenidos multimedia en idioma propio y extranjero, con capacidad de traducción instantánea, considerando que eso educará más y mejor que lo que lo hace el aula tradicional.

Uno de los problemas primordiales de la educación ha sido el de la gestión, entendida esta como el proceso de administrar: lograr objetivos educacionales, con los recursos que se poseen o puedan conseguir al efecto.

Habrá quienes como el burro que tocó la flauta, se encuentran en una posición directiva y les sale el tono.

Otros pretendidamente más inteligentes, se vuelven esclavos, tapetes y cajas de resonancia de sus jefes superiores, éso les puede dar resultado por un tiempo. Pero es lastimoso que las personas renuncien a su propia voz e ideas, en aras de acomodarse en un espacio y recibir la estrellita de sus autoridades, como se las dábamos en párvulos a los niños bien portados.

Algunos más  revolucionan, integran a la comunidad en torno a un proyecto, se emocionan en éste y lo contagian, no lo imponen. Son quizá los menos, pero los que han trascendido en la historia de la educación.

Hoy día, con el avance tecnológico, el surgimiento de la máquina de enseñanza o el androide profesor, no son cosas remotas, son más actuales de lo que esperaríamos, y es claro que pondrán a temblar a más de un docente y a más de un funcionario, sin embargo, creo que en un escenario en que se presenta un nuevo modelo de producción educativa, necesitamos un nuevo modelo de gestión escolar, uno que se desarrolle para el entorno de una educación tecnificada, dentro de una ciberescuela.

¿Qué caminos debemos seguir? ¿Hacia dónde orientar los pasos? ¿Qué enfoque debe tener esa educación? ¿Cómo aprovechar al máximo los recursos? ¿Cómo planear la dosificación de contenidos entre el pre-escolar y la universidad? Son preguntas clave que no nos hemos planteado y menos nos hemos puesto a investigar.

Una ciberescuela del presente y futuro próximos, no es hacer la misma escuela y la misma pedagogía apoyada por una tablet o una PC. Una ciberescuela moderna implica modernos modelos de gestión, modernas prácticas de enseñanza - aprendizaje y el desarrollo de una teoría de la cibereducación, cayendo en desuso, muchas de las ideas y preconceptos que hoy tenemos sobre el acto de educar.

Si no cambiamos el sustento filosófico del acto educativo, la educación perderá la oportunidad de enfilarse al futuro, estacionando o retrasando el progreso que México, América Latina y el mundo, requieren en las próximas décadas.

Gracias a la Universidad de Buenos Aires y al CITEP por sus gentilezas.

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