viernes, 21 de febrero de 2014

Educación crítica, pero abierta #EscenariosTec #UVMReynosa

Recientemente he tenido oportunidad de participar en dos sesiones de trabajo en la cual  el componente de motivación y dinámicas grupales ha sido ingrediente primordial.

En una de ellas, Alex Dey nos recordaba lo importante que es programar la mente y rodear el entorno de cosas positivas, la ley de la atracción que tanto hemos escuchado en motivadores, artistas y clarividentes.

No soy seguidor fiel de dichas ideas, al contrario, me ubico dentro de las corrientes críticas de la educación, y no me creo todo aquello que me cuentan. Sin embargo, no puedo menos que conceder que el participar en dichas sesiones me ayuda a replantear las cosas, a verlas con otra perspectiva.

El rodearse de aquello que imite o sea parte de lo que queremos ser no nos va a convertir en automático en ello ("el hábito no hace al monje"), pero sí puede ser una influencia o motivador externo que nos ayude a lograr pequeñas cosas, cambios, en aras de lo más importante. Lo ejemplifico:

Si yo quiero ser un ejecutivo de ventas respetado, tengo que comportarme como uno, vestir como uno, hablar como uno, leer lo que leen los ejecutivos respetados, en sí, re-construirme a imagen y semejanza de ello, tener congruencia en mi pensar y actuar, en función de lo que se supone que es un ejecutivo de ventas.
Es cuestión de asociación:

Idea en la mente - imagen actual - ajuste a la realidad deseada.

En ello está la clave, en una asociación congruente.  ¿Cómo venderle a nuestros alumnos la idea y beneficios de la tecnología educativa si nosotros la rechazamos? ¿Cómo pedirle a los estudiantes que dejen las redes sociales cuando a media clase uno mismo como docente practica el selfie?

Sin congruencia no podrá haber nunca éxito en un plan. No puedo predicar la honestidad y ser un ladrón, predicar beber agua y beber vino, éso en principio nos hace vivir una dualidad, que nos genera estrés, con sus consecuencias en la salud, y en segundo término, nos exhibe lo menos, como mentirosos.

Dentro de un esquema en el cual la obsolesencia de la tecnología parece ser más rápida de lo que tardo en escribirlo, educar para un consumo crítico de la tecnología educativa y sus derivados es imperativo.

Más allá de los esquemas de dominación, la educación es hoy más que nunca una educación para un futuro cercano, más realista que idealista y es nuestra misión, volverla más humana, más congruente, mas democrática. Debemos seguir formando conciencia crítica, pero estar abiertos a un futuro en continua reinvención, aunque ello nos lleve a replantearnos nuestro propio proceso de pensamiento.

Si queremos ser verdaderos educadores, ése, es el camino.

Un cordial saludo desde Reynosa.

viernes, 7 de febrero de 2014

La mágica humanidad #UVMReynosa #EscenariosTec

El día de hoy, en la Sala de Juicios Orales de la UVM Reynosa, tuve la oportunidad de participar junto con 17 colaboradores de nuestro campus, en una conferencia relativa a cómo generar empresas de clase mundial.

Dentro de la charla -amena por cierto-, se nos fueron compartiendo conceptos que en principio conocemos, pero ante la vorágine informativa que padecemos, tendemos a desdeñar o a dejar almacenados en algún rincón de nuestro cerebro, esperando una mejor ocasión para usarlos.

Se nos hacía reflexionar sobre la cultura nacional, que se ha ido permeando de la corrupción, la violencia, la deshonestidad y la pereza, y que de alguna manera terminamos por aceptar dicho esquema cultural. Si bien no siendo partícipes en acción, si quizá por omisión, o al menos -como lo indicaba- por acostumbrarnos a que éste es el mundo y en él nos tocó vivir.

En un mundo precisamente hipercomunicado y altamente tecnológico, realmente hemos descuidado el factor humano. Quienes han generado los cambios en el mundo y los progresos en la tecnología son personas, seres de carne y  hueso que decidieron que no habrían de acostumbrarse, que estando inconformes con su yo y su circunstancia, y se decidieron a transformarla, logrando con ello, el cambio en el mundo.

En estas épocas de hardware y software, no debemos olvidar -si se permite la analogía gramatical- el humanware, ese componente vital sin el cual lo demás pierde sentido y significado.

Durante la sesión, se tuvo un momento en el cual se intercambiaron abrazos. Ese contacto humano energético y festivo,  transformó el ambiente que se vivía en la sesión, o el que vivimos en el trabajo. Esa interacción me permitió reflexionar sobre el poder mágico de un sencillo abrazo, el poder mágico que la suma de esfuerzos humanos pueden darle a una familia, organización o sociedad.

Si olvidamos lo humano, estamos condenados a vivir en una sociedad sin valores, una sociedad salvaje. El hombre como ser personal, creado a imagen y semejanza de Dios, tiene un sentido trascendente, no de animalidad, sino de una mágica humanidad transformadora, decidirnos a hacerlo requiere simplemente voluntad, ¿la tenemos?

miércoles, 5 de febrero de 2014

Prolegómenos a una teoría de la gestión de una cibereducación #EscenariosTec #UVM #UVMReynosa

Dentro de las primeras nociones del acto educativo, nos enfrentamos a cuestionamientos que podrían rayar en la frontera de lo ontológico: ¿qué somos (educativamente hablando)?, ¿cuál es nuestro lugar en el cosmos? o ¿cuál es nuestro lugar en el aula?

No pocos esperan ya la migración del aula tradicional de pupitres, pizarrón, estudiantes y docentes, por un aula sacada de las películas de ciencia ficción, con pantallas y dispositivos electrónicos por doquier, con un acceso inmediato y veloz a contenidos multimedia en idioma propio y extranjero, con capacidad de traducción instantánea, considerando que eso educará más y mejor que lo que lo hace el aula tradicional.

Uno de los problemas primordiales de la educación ha sido el de la gestión, entendida esta como el proceso de administrar: lograr objetivos educacionales, con los recursos que se poseen o puedan conseguir al efecto.

Habrá quienes como el burro que tocó la flauta, se encuentran en una posición directiva y les sale el tono.

Otros pretendidamente más inteligentes, se vuelven esclavos, tapetes y cajas de resonancia de sus jefes superiores, éso les puede dar resultado por un tiempo. Pero es lastimoso que las personas renuncien a su propia voz e ideas, en aras de acomodarse en un espacio y recibir la estrellita de sus autoridades, como se las dábamos en párvulos a los niños bien portados.

Algunos más  revolucionan, integran a la comunidad en torno a un proyecto, se emocionan en éste y lo contagian, no lo imponen. Son quizá los menos, pero los que han trascendido en la historia de la educación.

Hoy día, con el avance tecnológico, el surgimiento de la máquina de enseñanza o el androide profesor, no son cosas remotas, son más actuales de lo que esperaríamos, y es claro que pondrán a temblar a más de un docente y a más de un funcionario, sin embargo, creo que en un escenario en que se presenta un nuevo modelo de producción educativa, necesitamos un nuevo modelo de gestión escolar, uno que se desarrolle para el entorno de una educación tecnificada, dentro de una ciberescuela.

¿Qué caminos debemos seguir? ¿Hacia dónde orientar los pasos? ¿Qué enfoque debe tener esa educación? ¿Cómo aprovechar al máximo los recursos? ¿Cómo planear la dosificación de contenidos entre el pre-escolar y la universidad? Son preguntas clave que no nos hemos planteado y menos nos hemos puesto a investigar.

Una ciberescuela del presente y futuro próximos, no es hacer la misma escuela y la misma pedagogía apoyada por una tablet o una PC. Una ciberescuela moderna implica modernos modelos de gestión, modernas prácticas de enseñanza - aprendizaje y el desarrollo de una teoría de la cibereducación, cayendo en desuso, muchas de las ideas y preconceptos que hoy tenemos sobre el acto de educar.

Si no cambiamos el sustento filosófico del acto educativo, la educación perderá la oportunidad de enfilarse al futuro, estacionando o retrasando el progreso que México, América Latina y el mundo, requieren en las próximas décadas.

Gracias a la Universidad de Buenos Aires y al CITEP por sus gentilezas.