martes, 8 de octubre de 2019

Educación y tecnologia

Para nadie es un secreto que la tecnología está inmersa en casi todos los órdenes de nuestra vida.   Si uno va en un transporte urbano, es común que de los 40-60 pasajeros que coinciden en nuestro viaje, un 80% esté haciendo uso de la tecnologías de la comunicación.

Algunas de nuestras visitas, antes de saludarnos (si no tienen plan de datos para su smartphone), es posible que nos pidan la contraseña del wi-fi.

La pregunta es, ¿es ésto un uso de la tecnología o una escape a una realidad donde todo pretendidamente es mejor?  Ese ser mejor, implica publicar solo aquello que nos favorece, o el uso de filtros para mejorar nuestras características físicas, o exagerarlas.

Supongo que quienes crearon la tecnología, querían acercar a las personas, que se vieran cara a cara (como ocurría en la serie de caricaturas de los Jetson), que tuvieran acceso a noticias, a cómputo a distancia, pero, no creo que pensaran que ésto se iba a convertir más que en un medio de comunicación, en un medio de aislamiento.

Se habla mucho de prohibir el uso de los smartphones en clase, de evitar que se lleven al aula.   A veces, como en la disyuntiva de usar calculadora o no, hay quienes indican que tener el acceso a los medios ayudaría a mejorar la clase y a descargar la labor del maestro.

De esto podría diferir un poco, si el maestro no es hábil con las herramientas digitales, lo más probable es que termine dedicando más tiempo a algo que en otras metodologías no requeriría...

Habrá que pensárselo.  Sin proyecto académico, mejor no usar los smartphones.  A veces, son más inteligentes que los alumnos, y trágicamente, que los docentes.