jueves, 30 de enero de 2014

Educación.com

Quienes vivimos el nacimiento y posterior transición de los equipos de cómputo personal, desde la PC-XT con procesador 8086/88 hasta las tablet, hemos podido atestiguar un cambio equivalente al que proporcionó la máquina de vapor en la revolución industrial.

Si en aquel entonces el salto fue enorme: de  una producción artesanal a una producción en serie, de una producción manual, a una producción asistida y luego desarrollada por maquinaria, con el paso de los años y el perfeccionamiento de la tecnología, se pasó de una manufactura con mano de obra intensiva, a una manufactura con tecnología intensiva, ¿qué podremos decir del salto que nos proporciona la sociedad del conocimiento, al pasar de una manufactura, a una mentefactura, a un reino de las ideas, el saber y el conocimiento?

Claro está que esa construcción de mentes no está exenta del riesgo que implican las agendas ocultas, la manipulación, y la explotación. En su sentido más amplio, la mentefactura debe darse dentro de un proceso educomunicativo democrático, donde todos puedan tener acceso y oportunidad. Evidentemente -como en muchos órdenes de la vida- habrá quienes tengan acceso a mejores recursos tecnológicos, pero debe ser obligación del Estado, construir los caminos para una mejor comunicación asistida por tecnología, una educación punto com.

No se trata únicamente de poner enciclopedias en el aula, ni un cañón de proyección. Se trata de construir una nueva pedagogía, una nueva didáctica, un nuevo entorno formativo. Si decimos que a todo modo de producción, corresponde un modelo de educación, necesitamos un modelo que dé respuesta a las nuevas necesidades formativas.

El saber individual ya no puede ser enciclopédico, y ése saber (el individual), pierde sentido si no se pone en colaboración con los demás, en la búsqueda del crecimiento individual y social. Enciclopedias aisladas, endógenas, no ayudan nada al progreso de la humanidad. Lo que se educa, la propia cultura debe socializarse: educomunicarse, para que adquiera significado y utilidad.

En una educación.com, la docencia es coachig, es conducción, es despertar posibilidades de aprendizaje, reduciendo el tiempo, pero aprovechando éste para discutir, disentir, dialogar, construir nuevas ideas, si no entendemos eso, pasará esta oportunidad, como han pasado muchos modelos y teorías educativas: legitimando temporalmente a un proyecto educativo, vendiendo libros, diplomados y conferencias, pero sin sembrar, mucho menos cosechar frutos productivos para la sociedad.

Ése es el reto, ésa la oportunidad.

Un cordial saludo desde Reynosa.

 

 

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