viernes, 17 de enero de 2014

Consumo crítico de los medios #EscenariosTec

Una de las cosas más sencillas de compartir, y más con el acceso a contenidos a nivel mundial, es la de divulgar textos, imágenes y videos en temáticas diversas: religiosas, festivas, históricas, sarcásticas, filosóficas, románticas y hasta de liderazgo, por mencionar algunas.

No hay problema con ello, supongo -quizá indebidamente-, que más de uno de los que lee este artículo y un servidor han compartido en sus redes sociales algunas de estas publicaciones, como algo bonito, inspirador, alegre o incluso, como advertencia ante una situación complicada.

El asunto interesante -como todo en la vida- es cuando te la empiezas a creer. Cuando, por el hecho de aparecer en la internet, facebook o twitter, le asignamos un valor de verdad absoluta a las cosas.

Recuerdo para ejemplo, un capítulo de Los Simpson, donde acusan a Homero (el papá) de haber hecho tocamientos a una niñera, y el video editado que presentó la televisora, así lo hacía ver. Total que tras muchas protestas y escándalo fomentado por los medios, alguien le facilita un video con la realidad -completa- de la situación, y jamás había sucedido el hecho del cual se le acusaba.

Para rematar la historia, cuestiona a los hijos del por qué dudaron y le respondieron algo como: "es que la televisión pasa más tiempo con nosotros que tú, cómo no creerle".   Ése es el peligro, ése es el riesgo, y un tema que da mucha tela de donde cortar.

Desarrollar una observación crítica de los medios, que permita discernir adecuadamente los mensajes, es una condición necesaria y una obligación educativa, para los padres y los docentes.

Si hablamos que los jóvenes de hoy no se desprenden de sus smarthphones y tabletas, hablamos de que están expuestos al consumo de productos, materiales e ideas, muchas veces -si no es que casi todas-, de un modo pasivo, y ello en sí, encierra un enorme peligro de manipulación, basta crear una adecuada campaña viral en los social media, para implantar una moda, un esquema de consumo, que perpetúe el modelo dominante.

Enseñar el consumo crítico de los medios no es censura. La televisión o el internet siendo masivos pueden tener aplicaciones educativas, pero no están hechos para educar. No podemos tener padres ni docentes ni gobiernos prófugos de su obligación educativa.

Desarrollando esa visión crítica, los mensajes podrán estar ahí, consumirlos o no, el uso que les demos, ya será nuestra responsabilidad.

Cordiales saludos

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